jueves, 30 de junio de 2011

Estimados Diputados: ¿Hasta Cuándo?

Estimados diputados,

Nuestro sistema político ha caído en la ilegitimidad. Ustedes han sido las útiles herramientas, por no decir los tontos útiles, de aquellos que más tienen de ganar por el caos generado. Quisiera pensar que no todos ustedes han llegado a sus puestos con la intención de defraudar al pueblo salvadoreño, pero muchos de ustedes han abusado de su poder vilmente. No solo las celdas nos privan de nuestra libertad. Cuando el sistema deja de representar a los ciudadanos, cuando el poder existe por el poder mismo, cuando la corrupción se desnuda sin vergüenza alguna ante nuestros ojos, la persona deja de ser libre.

Hemos perdido nuestra libertad. Las cadenas de la servidumbre no siempre son impuestas con violencia. A veces se aceptan sumisamente. Con nuestra complacencia hemos aceptado estas cadenas, pero ustedes han sido policía, juez y verdugo.

El camino a la servidumbre está lleno de pequeñas concesiones, de necesarias negociaciones, de consideraciones políticas y un sinfín de justificaciones. Pero en un abrir y cerrar de ojos, se hizo demasiado tarde, y por más que se excusen, no pueden evadir su propia responsabilidad. Pero repito. No creo que todos ustedes falten de la moral y conciencia necesaria para aceptar los errores cometidos. Por eso, a ustedes, estimados diputados, que en su silencio han pecado por omisión, pero que en el fondo saben que las cosas urgen ser diferentes, les pregunto:

¿Hasta cuándo?

De nuestro propio silencio empiezan a surgir voces. Aún es solo un murmullo, pero en su timidez encierra una pasión lista a detonar. Una pasión por verdadera libertad. Una pasión por el control de nuestros propios futuros. Subestiman ustedes, estimados diputados, el poder de este murmullo. Se burlan de él.

Quién sabe que lucha por el bien nunca debe ser desalentado por las voces del mal. La perseverancia es el arma que ganará la batalla.

¿Hasta cuándo, estimados diputados, por lo menos ustedes pocos que guardan una semilla de decencia, aceptarán ser herramientas sumisas del abuso y la explotación? Los invito a pararse hoy a la par de nosotros. Los invito a denunciar un sistema podrido. Los invito a aceptar honestamente los pecados del poder, a rectificar, a acertar su independencia y relucir por primera vez sus principios.

Hasta el día que se unan ustedes a nuestro clamor, les seguiré preguntando en mi decepción:

¿Hasta cuándo?

jueves, 23 de junio de 2011

Odio el cigarro, pero odio más prohibirlo

En este artículo no busco hacer un análisis técnico de la ley actualmente en la asamblea, sino más bien un argumento moral en contra de la prohibición en general. ¿Por qué un argumento moral? Legislación libre de moralidad es ilegítima. Moralidad descrita como el necesario respeto a los derechos fundamentales del ser humano. Lo moral y lo correcto no siempre son lo popular, y para pararse firmemente en principios uno debe a veces ir en contra de la corriente y saber defender sus posiciones aunque una mayoría esté en desacuerdo.

Deberíamos vivir en una sociedad donde seamos libres de hacer todo aquello que escojamos hacer voluntariamente, limitados solamente por el derecho ajeno. Pero la concepción de la sociedad actual es la opuesta. En realidad, somos libres de hacer solo aquellos que el legislador nos permite hacer. Dentro de esta concepción de nuestras libertades en la sociedad es que se considera posible prohibir cualquier comportamiento que algún u otro “experto” decida que es “inconveniente” para la sociedad. Les pregunto, ¿ustedes creen que nuestros diputados, en la realidad de quienes son, tienen la solvencia moral y el criterio objetivo como para pretender estructurar nuestras vidas y decisiones personales según ellos crean conveniente? Pues yo no.

En el caso del cigarro. Yo fui fumador. Deje de fumar de un día a otro. Es mentira aquellos que dicen que fuman porque les gusta y el día que quieran dejan de fumar. Dejar de fumar es difícil. El cigarro es de las cosas más dañinas para el cuerpo humano, y no solo para aquel fumando, sino también para aquellos alrededor del fumador. Pero el problema es complejo, y se debe de analizar desde varios ángulos.

A nivel puramente individual, mi vida y mi ser son enteramente mi propiedad. Si yo decido libremente ingerir una sustancia que conozco es dañina para mi cuerpo, esa es ya mi decisión. Si un estado tienen control por sobre lo que yo hago puramente con mi persona, eso significa que en práctica tal estado ha adquirido propiedad sobre mi ser. Es decir, me vuelvo esclavo a las decisiones que otros tomen sobre mi cuerpo. Por esto, a nivel personal, una prohibición del cigarro es tanto inmoral como ilegítima, pues violenta mis más fundamentales derechos a mi vida y a la propiedad sobre mi ser físico.

Pero el efecto de fumar no es puramente individual, pues el humo del cigarro que yo fumo impacta perjudicialmente sobre el ser físico de otros individuos. En cierta forma estoy violando yo los derechos de propiedad individual de la otra persona. La pregunta es la siguiente, ¿tal persona se está sometiendo a tal daño voluntariamente, o estoy yo imponiendo tales repercusiones en contra de la voluntad de este segundo? Esta es la pregunta fundamental que hay que responder, pues mi limitante a actuar no debería ser el criterio de algunos que se creen elevados por estar en el poder, sino el derecho ajeno.

Considerémoslo de la siguiente forma. Si yo llego a tu casa, es decir entro a tu propiedad, me debo regir por ciertas normas que tú decides se deben cumplir dentro de tu casa. Si tú decides que en tu casa no se fuma, pues yo debo respetar tales deseos, y si rehúso respetarlos, tienes todo el derecho de echarme de tu casa. Al yo entrar a tu propiedad, hay un acuerdo implícito a regirme bajo las condiciones y normas de comportamiento que tu escojas. Igual en el caso que tú visitaras mi casa, si yo decido fumar en mi casa, pues estoy en todo derecho de hacerlo, aunque a ti te disguste, pero las normas implícitas establecen que el invitado cumple los requerimientos que el propietario establece. De estar en desacuerdo con tales requerimientos, pues simplemente no llego a tu casa, o tú no a la mía. Simple decisión. En este caso la situación es bien clara, pues los derechos de propiedad sobre nuestros hogares están bien establecidos. Si tu salud, y por ende tu ser físicos, se ven perjudicados por el humo del cigarro que yo estoy fumando en mi casa, tu estas en toda libertad de irte, y si decides quedarte, te estás sometiendo al daño voluntariamente. El estado no tiene ningún derecho de intervenir en las decisiones en las cuales dos o más individuos han llegado voluntariamente.

Es exactamente el mismo caso con establecimientos comerciales. El dueño de tal propiedad establece las normas de comportamiento que deben respetarse al encontrarse dentro de tal propiedad. Como estoy yo en total libertad de no entrar a tal establecimiento si no lo deseo, al decidir entrar estoy entrando en un acuerdo implícito de regirme bajos sus condiciones y por lo tanto sometiéndome voluntariamente a tales condiciones. Si el dueño de una discoteca o un bar decide que en su establecimiento si se puede fumar, yo tengo dos opciones, o me someto voluntariamente a sus condiciones, o simplemente no entro a ese establecimiento. De igual forma tal dueño puede decidir que en su establecimiento no se puede fumar, y por lo tanto al entrar no lo puedo hacer. Si el estado tiene el poder de decidir en cuales establecimientos privados se puede o no se puede fumar, entonces tales establecimientos dejan de ser privados, pues el poder de decisión ya no es del propietario original, si no del estado, quien se vuelve propietario de facto. Repito, una violación de los derechos fundamentales del ser humano.

La armonía social se logra a través del respeto mutuo de los deseos de los individuos en la sociedad por sobre aquello que es competencia de cada uno, su propiedad, específicamente empezando por su vida y su ser físico. De las relaciones entre seres humanos, nuestro deseos de convivir pacíficamente, surgen normas sociales que no son impuestas por ningún estado, si no que se ejercen por la presión social resultado de nuestra propia interdependencia. Cuando los elevadísimos “ingenieros sociales” imponen prohibiciones desde sus curules, destruyen el tejido de obligaciones sociales. La obligación de cada individuo deja de ser el respeto a su prójimo y se vuelve una relación de sumisión ante el estado. El estado no es omnipotente y no puede hacer cumplir todas sus prohibiciones sin convertirse en un estado totalitario con policías en cada esquina e informantes en cada casa. Cuando, por el contrario, el tejido social es fortalecido, el individuo sí se siente obligado a respetar los deseos de su comunidad para poder vivir en armonía.

Cometer una injusticia con el propósito de reivindicar otra no logra más que multiplicar la injusticia. Las prohibiciones son las respuestas fáciles a problemas sociales complejos. Actualmente los derechos de no fumadores si se ven afectados cuando no tienen opción más que a someterse al humo de fumadores, pero la solución, y la reivindicación de esos derechos, no se encuentra en violar los derechos de aquellos que si deciden fumar. El estado, por pretender solucionar sus problemas con soluciones fáciles, solo termina creando mayores problemas. Lo que necesitamos es un sistema de libertad en el cual se respeten por parejo los derechos individuales y en el cual la sociedad se rija absolutamente por las decisiones voluntarias entre individuos y la convivencia respetuosa en comunidad.

miércoles, 15 de junio de 2011

Q.D.D.G. Democracia Salvadoreña

No es una expresión de renuncia, pero sí de pena y dolor. Parecerá drástico decir que ha muerto la democracia en nuestro país, pero ante una institucionalidad completamente socavada la figura de elecciones por votación se vuelve poco más que maquillaje ante un sistema completamente desconectado de la ciudadanía que supuestamente representa.

Los eventos políticos de las últimas dos semanas han representado los síntomas de mortalidad de un sistema que por años ha estado gravemente enfermo. El pragmatismo, la consideración política y el cortoplacismo con el cual se han tomado las decisiones políticas ya por mucho tiempo han erosionado poco a poco los fundamentos de nuestro sistema democrático, dejando solamente la fachada, pero la integralidad estructural completamente viciada y destrozada.

Ha habido dos tipos de políticos a línea gruesa. Primero, y probablemente la mayoría, aquellos que han gobernado por su propia billetera. Inescrupulosos parásitos que encontraron en el sistema político la forma de exprimir a los ciudadanos, generando una verdadera división de clases en nuestra sociedad, entre aquellos que trabajan, producen e intercambian honestamente para ganarse la vida, y aquellos que no crean ninguna riqueza adicional a nuestro país y simplemente se lucran a través del sistema político y a costa de la ciudadanía.

El segundo tipo de político, más difícil de encontrar, pero que sin duda existe, ha sido aquel bienintencionado que ha entrado al sistema lleno de optimismo, pero que ha sido tragado por este sistema estructuralmente viciado, quién ha sido víctima de las volteretas politiqueras del primero, y quién se ha sentido forzado a sacrificar momentáneamente, según él, sus principios para lograr las negociaciones políticas necesarias para proteger lo que queda de la institucionalidad. Tristemente han aprendido a justificar “pequeños desvíos” en el rumbo del barco por necesidad política, creyendo, o queriendo creer, que después de estos pequeños desvíos se recuperaría el norte correcto.

Error. Entre desvío y desvío no hay más dirección que encontrar que para abajo. Y hacia abajo es que nos dirigimos. El decreto 743, cual violenta el orden constitucional y destruye el sistema de pesos y contra pesos, pilar del republicanismo. La negociación política por la Corte de Cuentas, que según pareciera pasará de las manos del PCN a las manos de GANA, con el obvio propósito de seguir protegiendo a aquellos que se lucran de los impuestos que los ciudadanos pagamos. Las maniobras políticas que se ingenian e implementan con el propósito de mantener el control sobre los partidos y las candidaturas en manos de una argolla política. Estas son solo un par de las muestras que evidencian un sistema podrido. Un sistema que ha sido destruido, con toda conciencia, por una clase de políticos vende-esperanzas y tranza-lo-todo.

Que en paz descanse nuestra democracia Salvadoreña. Y así tendrá que descansar hasta que aquellos que sí creemos honestamente en la justicia nos pongamos los pantalones para pararnos solida y perseverantemente en nuestros principios y enfrentemos las dificultades políticas que esto pueda implicar. En paz tendrá que descansar nuestra democracia hasta que nuestra indignación se convierta en un accionar consistente y en una oposición intransigente a todo pragmatismo político. En paz descansará hasta que la unidad de nuestras voces demuestre lo que ya es una realidad fundamental, pero lo cual han logrado menospreciar. Que los ciudadanos honestos y trabajadores, que creemos en el futuro de nuestro país y que estamos cansados de la dirección en el que lo llevan, tenemos mucha más fuerza en nuestras manos que esta clase política que hoy lo está destruyendo.

viernes, 10 de junio de 2011

ARENA retracta, pero no rectifica.

ARENA ha sido el mayor culpable de la severa crisis institucional que está viviendo nuestro país en estos momentos. ¿Por qué ARENA? Porque aunque el decreto 743 pueda haber sido negociado desde Casa Presidencial y respaldado por GANA, PCN y PDC, con el ahora evidente apoyo tácito del FMLN, y con el aparente empuje de oscuros personajes detrás de escenas, pasar este decreto no hubiera sido posible sin la aprobación y el apoyo de ARENA. En ellos cayó la balanza, y decidieron optar por quebrantar la institucionalidad y enterrar la constitución.

Verdad es que el día de ayer ARENA ha llamado a derogar el decreto que ellos mismos hicieron posible. ¡Qué bueno! Y espero que así se logre. Pero no por esto han rectificado ante mí, ante el movimiento social y ante el pueblo salvadoreño. En el comunicado que ARENA publicó con referencia a la derogación del decreto 743, ellos siguen justificando sus acciones iniciales. Se apoyan en que en el momento de aprobarlo tenían la impresión, ante falsa información, que la Sala de lo Constitucional declararía inconstitucional la Ley de Amnistía. Es decir, insisten que las acciones que tomaron siguieran siendo correctas ante la situación adecuada. Esto se traduce en un apoyo implícito a los intereses partidarios y particulares que se ven beneficiados por este tipo de quiebre institucional y abuso de poder.

Si ARENA verdaderamente quiere rectificar debe abandonar toda justificación que busca poco más que proteger la imagen de ciertos liderazgos partidarios y debe asumir la total responsabilidad de su error.

Si ARENA quiere rectificar, debe cambiar su discurso inmediatamente, asumir con humildad pero con la cara en alto, la crítica que hoy recibe de muchos sectores, incluso del interior de sus propias filas, y adoptar una nueva postura de radical defensa de la institucionalidad y el orden constitucional.

Si ARENA aspira a contar con nuestro apoyo en las próximas elecciones debe reflexionar profundamente y actuar de una nueva forma.

Pudieran empezar por bajar esas vallas que no puedo calificar más que de estúpidas y contraproducentes, y que están alejando del partido a mucha gente que de lo contrario estuvieran buscando un espacio político de donde ser escuchados. Necesitan que aquellos líderes que tomaron la apresurada y errada decisión de apoyar el decreto 743, ya sean presidente del partido, jefe de fracción o cualquier otro, asuman su total responsabilidad ante el daño causado y se hagan al lado, siendo reemplazados por nuevos liderazgos que puedan representar un nuevo posicionamiento para el partido. Necesitan gravemente que todos aquellos representantes del partido que al defender su posición inicial salieron atacando, insultando o menospreciando a aquellos que desde un inicio criticamos fuertemente el actuar del partido, se disculpen públicamente y aprendan urgentemente a escuchar a aquellos que dicen representar.

ARENA necesita un nuevo liderazgo. Un liderazgo independiente de los poderes partidarios tradicionales que se han encargado de vetar toda iniciativa que no encaja dentro de su cuadrada visión de guerra fría.

Mi apoyo particular y personal puede serle de poca importancia al partido, pero si ARENA aspira a tener el apoyo no solo de miles de jóvenes como mi persona, sino de toda una generación, debe, como decía anteriormente, reflexionar profundamente. Esta es una generación idealista. Es una generación activa e involucrada. Es una generación que no se dejará enamorar por banderas, ilusiones o resentimientos. Es una generación que demandará consistencia y perseverancia en la radical defensa de la libertad, la institucionalidad y la justicia.

Los dejos con unas palabras de Barry Goldwater que me han servido de gran inspiración y que espero que así mismo inspiren a muchos más:

¡Os recuerdo que el extremismo en la defensa de la libertad no es un vicio! ¡Y dejadme recordaros también que la moderación en la búsqueda de la justicia no es una virtud!

viernes, 3 de junio de 2011

Que el día de hoy muera nuestro silencio

Sr. Presidente, usted hoy ha sido cómplice de un golpe de estado técnico. Con su sanción exprés de las reformas a la Ley Orgánica Judicial, cuales firmó en silencio a pocas horas de ser pasadas en la Asamblea demuestra ser parte de un complot que ha roto la institucionalidad de nuestro sistema político.

Diputados de la Asamblea legislativa, no tengo más que acusarlos de cobardes. Cobardes los diputados de derecha que hoy se esconden en la sombra del presidente que hace pocos días criticaban. Hipocresía y cinismo a niveles sin precedentes en un sistema político que hoy demuestra lo engusanado que está.


Sírvase el presente como mi renuncia a mi afiliación partidaria. No puedo ser parte de un sistema tan podrido. Mis principios me lo impiden y mi sentido de decencia me lo demanda.


Señores líderes partidarios Alfredo Cristiani, Rodolfo Parker, Ciro Cruz Zepeda y Andrés Rovira, si les queda un pelo de respeto propio, renuncien inmediatamente de sus puestos. La voz de una nueva generación de salvadoreños se los demanda. Lo que ustedes han avalado a través de sus bancadas legislativas representa un peor peligro para El Salvador que las sombras del comunismo que ustedes han utilizado para atemorizar al electorado para que voten por sus partidos.


Hoy lloro por El Salvador.

Pero junto a mis lágrimas, no me tragaré mis palabras.


Con mis palabras siembro hoy algo que espero crezca pronto. Algo que será alimentado por la indignación que tantos salvadoreños sentimos en lo profundo de nuestros estómagos.

Que el día de hoy muera nuestro silencio…

Vergüenza Legislativa: Cuando el Legislar es Ilegítimo

El día de ayer, la Asamblea Legislativa, con los votos de ARENA, GANA, PCN y PDC, reformó la Ley Orgánica Judicial para que Sala de lo Constitucional resuelva por unanimidad todos los procesos relacionados con amparos e inconstitucionalidades (http://bit.ly/lJkN6a). No titubeo en calificar esta medida de vergonzosa, que para colmos, es transitoria, y solo aplica para la Sala de lo Constitucional actual, es decir, con todo y dedicatoria. Se da en el marco de decisiones jurídicas particularmente incomodas para los partidos políticos, básicamente cortándole los pies a la Sala de lo Constitucional, en lo que resulta ser poco más que un berrinche por parte de los diputados que votaron por esta reforma.

Aclaro que estoy en desacuerdo con varias de las decisiones que ha tomado la actual Sala de lo Constitucional. Hay varias inconsistencias en sus sentencias que me hacen sospechar de las verdaderas intenciones detrás de su reciente “iluminación jurídica.” Pero les recuerdo a los señores y señoras diputados, y por si no lo sabían se los digo, que ¡no se puede trabajar por la institucionalidad, fuera de la institucionalidad! Los fines NUNCA justifican los medios. Las soluciones fáciles no existen, y los atajos fáciles (que no solucionan nada) son para cobardes. También les recuerdo, que ustedes, “venerables” diputados, tuvieron mano en elegir a los actuales magistrados, y por lo tanto tienen que cosechar las consecuencias de sus malas decisiones. La próxima tengan aunque sea una pisca de visión y en vez de elegir en base a conveniencias partidarias, elijan en base al fortalecimiento institucional.

Este tipo de decisiones y manipulaciones del sistema nos han traído al borde de un abismo. La clase política está dando patadas de ahogados, realizando que han perdido la credibilidad ante la población, y están socavando la institucionalidad de nuestro país con cada una de sus pataleadas. Respetos al diputado de ARENA Guillermo Ávila Qüehl, quien contrariando a su propio partido, no voto por esta medida, pero le hizo falta ponerse más los pantalones y no solo excusarse de la votación, sino pararse en principio y votar en contra de su propio partido en la plenaria. Esa hubiera sido una acción valiente que el pueblo Salvadoreño hubiera respetado y agradecido enormemente.

Al señor presidente le pido que vete esta reforma inmediatamente. A mi parecer, muchas de las acciones que ha tomado la Sala de lo Constitucional, favorecen al FMLN, a Funes y a otros intereses políticos particulares, pero a pesar de esto le pido al presidente que vete esta medida, y proteja a la actual Sala. Será complicada, pero la lucha en contra de la corrupción y los abusos de poder no se puede librar fuera de la institucionalidad.

El camino de lo correcto es el más difícil de viajar, y la lucha por el bien es la más sacrificada, pero le pido a los diputados no buscar atajos fáciles. Ya les aclaré que tipo de personas buscan tales soluciones, y si se quieren reivindicar ante el pueblo Salvadoreño, déjense de burradas, y empiecen a trabajar en un verdadero y honesto programa de reformas que fortalezcan la institucionalidad y protejan el futuro de nuestro país.

jueves, 2 de junio de 2011

Servicio Militar Obligatorio: Una propuesta “pragmática” (populista)

El Presidente Funes, en su discurso de 2 años de gobierno, ha anunciado un programa que piensa implementar en el cual se reclutará a 5,000 jóvenes “en situación de riesgo” a quienes se les incorporará por 6 meses a un servicio militar obligatorio. A pesar de recibir inicialmente varias respuestas positivas, yo insisto, esta propuesta no solo es errada y populista, es peligrosa. Viola derechos fundamentales del ser humano y amenaza con tener consecuencias desastrosas. A continuación describo el por qué de mi solida postura en contra de esta medida, primero fundamentada en mis principios y segundo en razones prácticas.

¿Por qué es importante argumentar antes que nada desde una postura de principios intelectuales? Las palabras son baratas y se encolochan fácilmente. Cualquier medida, si se escribe y se maquilla lo suficientemente bonita, se puede hacer parecer acertada. No por sonar bien, es buena. Ese es el peligro del populismo, sabe mercadear bien las malas ideas. Si una propuesta política no está fundamentada en principios sólidos, lo más probable es que esté ignorando facetas fundamentales de la naturaleza humana, y por lo tanto al tratar de ser implementada, tenga consecuencias desastrosas, mucho peores que los problemas que trataba de solucionar inicialmente.

Los seres humanos contamos con derechos inalienables fundamentados en principios anteriores a la existencia misma, que por lo tanto son absolutos y eternos. Principalmente entre estos está el derecho a la vida, y como extensión de esto nuestra propiedad por sobre nuestro ser físico y el fruto de nuestro trabajo, es decir, nuestro patrimonio legítimamente adquirido. Estos derechos fundamentales implican que ningún otro ser humano, o grupo de tales, tiene el derecho de iniciar el uso de la violencia, la amenaza de tal o el fraude en detrimento de nuestra vida, nuestro ser o nuestro patrimonio.

El Estado no es una entidad con existencia propia. Los colectivos no existen, solo existen los individuos que componen grupos colectivos. Un colectivo, como agrupación de individuos, no tiene derechos propios. Los derechos son de los individuos que los componen, por lo tanto, un colectivo no puede tener “derechos” en contradicción de los individuales. El Estado existe con el propósito de proteger los derechos de los individuos que componen una sociedad. Por lo tanto, es ilegítimo, por cualquier razón, que el Estado viole los derechos fundamentales de los individuos.

El servicio militar obligatorio viola estos derechos humanos fundamentales al obligar al individuo a través de la amenaza del uso de la violencia (conscripción forzosa o arresto), a lo que equivale a un castigo por el único crimen de ser ciudadano de un país. Obliga al individuo, en contra de su voluntad y a través de la fuerza, a utilizar su vida, su cuerpo y su tiempo en actividades a las cuales no se quiere someter. En el caso específico del programa mencionado es peor, ya que la conscripción militar obligatoria se implementaría sobre jóvenes “en riesgo,” es decir, jóvenes que son amenazados por las maras. Jóvenes cuyo único crimen es ser víctimas. ¡Se está castigando a las víctimas en vez de a los criminales!

¿Cómo se va a castigar a jóvenes inocentes con reclutamiento forzoso si no han violado ninguna ley? Esta es una clara violación de derechos fundamentales del ser humano. ¿Por qué no se enfocan en arrestar y castigar a los criminales en vez de lo equivalente a arrestar a inocentes? La incapacidad o falta de voluntad de combatir la criminalidad no les da el derecho de reprimir a los inocentes. Es absolutamente necesario liberar a las comunidades en riesgo de la amenaza que representan las maras, no recluir a los jóvenes inocentes y dejar a los mareros cómodamente donde están. Por el otro lado, ¿quién decidirá qué representa un “joven en riesgo”? Esto permitirá una discrecionalidad en mano de funcionarios públicos, policías y militares que abre la puerta a más severos abusos a los derechos humanos. Aunque crean que el actual gobierno no vaya a abusar de esta medida, ¿están seguros que el siguiente gobierno, y los que le sigan a este, tampoco abusaran de un programa como este para entrenar a milicias ideologizadas que amenacen a opositores del gobierno?

Represión no es lo mismo que prevención. Reclutar forzosamente a jóvenes inocentes es una medida represiva y viola derechos humanos fundamentales. Qué triste que se esté dispuesto a sacrificar derechos humanos de gente inocente antes de hacer un combate frontal a la criminalidad. Y si lo que se busca es rehabilitar a jóvenes que, aunque no han cometido ningún crimen, muestran tendencias a actividades delictivas, hay que recalcar que la rehabilitación solo es posible si se somete a ella voluntariamente. Solo se logra si la persona decide entregarse a tal cambio de comportamiento. Por el contrario, si el individuo no tiene la disposición para cambiar, después de 6 meses, al regresar a su comunidad, rodeado de las mismas influencias, regresarán a los mismos comportamientos delictivos, solo que hoy ya con entrenamiento y disciplina militar. ¡Muy peligroso!

Al reclutar a estos jóvenes, de pasada se llevaran a varios tipos de jóvenes. A jóvenes inocentes que solo son amenazados por las maras, a jóvenes con tendencias criminales que aún no han cometido crímenes y a jóvenes que ya están involucrados en la delincuencia, pero a quienes todavía no se les ha arrestado por tal. Meter a estos jóvenes juntos es extremadamente peligroso. Primero, es una amenaza a los jóvenes inocentes, quienes fueran amenazados y abusados por los otros grupos. Esto se pudiera volver una escuela de criminales, al igual que lo son las cárceles, adonde se termina de influenciar y corromper a los menos criminales, se aprende de experiencias mutuas y se arman redes más solidas que los hacen más efectivos en el comportamiento criminal una vez regresan a sus comunidades. ¿A los que ya son criminales, como se les ocurre darles entrenamiento militar? ¿Qué pasará cuando termine su servicio y regresen a sus comunidades a volverse a reunir con los mareros? ¡Se habrá entrenado a una nueva generación de criminales!

Yo estuviera de acuerdo que se desarrollaran programas VOLUNTARIOS para extraer a jóvenes de zonas de alto riesgo. Siempre y cuando la decisión sea voluntaria y no forzosa, y que simultáneamente se combata a los criminales. No se pueden solucionar problemas tan complejos y severos con medidas tan miopes. Debe ser un programa de múltiples fases. Un programa en el cual los padres de familia que vean que sus hijos están en riesgo de ser forzosamente reclutados a las maras, puedan voluntariamente decidir inscribir a sus hijos para que los remuevan de sus comunidades de alto riesgo, siempre y cuando no hayan cometido crímenes anteriormente.

Mientras se lleva a cabo esto, se necesita intervenir en estas comunidades de alto riesgo para sacar a las maras, así como Brasil ha intervenido en las favelas para sacar a los narcotraficantes. Una vez limpias de maras estas comunidades, los jóvenes pueden regresar y participar en un programa de reinserción, donde la empresa privada y la sociedad civil puede jugar un rol importante en apoyarlos para que desarrollen las habilidades necesarias para ser miembros productivos y honestos de la sociedad, ya libres de la influencia de la maras. Pero, enfatizo, esto debe desarrollarse en base a la participación voluntaria de los jóvenes y sus padres, así como también de un combate frontal y honesto contra la criminalidad y la violencia.

"Aquellos que sacrifican la libertad por la seguridad no merecen ni la una ni la otra."

Benjamin Franklin