jueves, 25 de noviembre de 2010

Atol con el Dedo

Hace poco nos preguntábamos con una amiga el origen de la frase “dar atol con el dedo.” Mientras el significado todos lo conocemos por su uso popular, el refrán debe de tener alguna raíz cultural peculiar que en esa noche en particular entretenía nuestra curiosidad. Mientras nunca llegamos a resolver nuestra pregunta, esta me llevó a pensar que la verdad pareciera que a los Salvadoreños nos encanta ese atole chupadito. Ha de ser de buena calidad, porque pareciera que no lo queremos cambiar.

Que común ha de ser esto que tenemos tantas maneras de expresarlo. Nos dieron atol con el dedo, nos dieron gato por liebre, nos dieron baje, nos timaron, nos domaron, nos vieron la cara, y que parecía tan honrado… Pero ahí seguimos con las mismas. Veamos las más recientes. Ciudad Mujer, la Fabrica de Empleos, el Hospital de Maternidad, entre otras, todas promesas electoreras, ninguna la cual pareciera asomarse, ni por simasito. Pero las artes culinarias atoleras no son exclusivas del gobierno actual. Del anterior, ¿que pasó con la Diego de Holguín, adonde están las mujeres que ya no iban a estar solas, que pasó con la super mano dura,? Pudiéramos seguir para larga. Y en esta ocasión me disculpo, pues mientras se que no es decoroso quejarse sin ser propositivo, hoy voy a ventilar mis frustraciones, pues la verdad, aunque arriesgue que me acusen de traérmelas de fino, a mi nunca me gustó el atol.

Y empiezo:

Ley de medicamentos: La medicinas están caras, eso no es paja de nadie, y los que lo sufrimos somos todos los que nos enfermamos. Pero en esto saltan y resaltan en la asamblea declarando los unos y los otros que son los defensores del pueblo y que solo ellos tienen la solución para verdaderamente bajarle los costos a los medicamentos. La verdad es que tenemos por un lado una derecha que parece más interesada en buscar como proteger sus intereses en la producción y distribución de medicamentos (Dios me guarde le toquen a ellos el bolsillo), pero al mismo tiempo una izquierda que lo único que muestra es recelos de las ganancias farmacéuticas, mientras buscan controlar ellos mismos este mercado para su propio beneficio. Nadie esta proponiendo verdaderamente sacar el mercado de medicamentos de las manos de los pocos (solo proponen cambiar a otras manos), liberalizar todo el proceso de producción y distribución, y verdaderamente permitir que se reduzcan los costos para la población.

Ley de Transparencia: Lo más impresionante es lo similar de la actitud del presidente actual con el presidente anterior. “¿Y para que necesitamos una ley de transparencia si yo soy el presidente más transparente que a existido?” Si, como no, que sutil la arrogancia. Lo menos transparente ha sido los procesos de “transparencia” del gobierno, y no solo el ejecutivo. *Ejem… Señores diputados, que tanto hablan de transparencia, quisiera saber, ¿como se manejan todos esos pistos adentro de la asamblea, que paso con las laptops nuevas que compraron al doble del precio de mercado, que paso con esos carritos de $70,000, y con los anteriores que solo tenían 2 años antes de cambiarlos, para donde van todos esos incrementos a su presupuesto que se recetaron y cuáles son de verdad los intereses de esos diputados que rebotan de un lado a otro, dejando un rastro de compras y gastos por donde pasaron?

Alba Petróleos: Señores del FMLN. Aunque declaro transparentemente estar en total desacuerdo con ustedes ideológicamente, por lo menos sean consecuentes con su discurso. La verdad agradecería un montón me explicaran como es que funciona todo esto de su empresita Alba Petróleos, que ya se va perfilando como una de las empresas más grandes del país. ¿En cuanto han endeudado a sus alcaldías para financiar este proyecto y quien paga de verdad este pisto? Si tienen suficiente pistillo para tan lindo edifico nuevo que han construido en Santa Elena, ¿Por qué le están subiendo los impuestos a los pobladores de Soyapango? ¿No deberían ser estos mismos ciudadanos los que disfrutan las ganancias de esta factura petrolera si de ellos viene el pisto para financiarla? Y hoy, ya no solo venden petróleo, sino que también café y de lo que he oído hasta frijolitos y otras cosas por ay. ¿Y cuanta influencia ejercen en el gobierno que les permite beneficiar a su empresa? A mi me parece que mucha. Me pareciera que la única diferencia entre la oligarquía mercantilista Arenera que ustedes denunciaban y la nueva oligarquía bolivariana es que los anteriores no se ponían boinas del Che.

Reformas Electorales: Diputados independientes, consejos plurales, ley de partidos políticos, mayor representatividad, democracia participativa… Cualquiera diría ante todas estas discusiones de reformas electorales que la política Salvadoreña ha madurado y está haciendo esfuerzos loables por seguir fortaleciendo su joven democracia. Disculpen mi lenguaje, pero que caca. Lo único que realmente esta pasando aquí es una complicada matemática maquiavélica de parte de los partidos políticos y los grupos de interés que buscan manipular el sistema electoral para lograr el poder hegemónico. De esto tendremos un vistazo cuando veamos las exorbitantes cantidades de dinero que se van a derrochar en las venideras campañas electorales.

Gasto e Impuestos: ¿Se han dado cuenta que el gobierno piensa gastar más de $100 millones comprando aviones de guerra? Alguien por favor explíqueme para que necesitamos aviones de guerra y de donde sacaremos el pisto para comprarlos. ¿Será que nos piensan endeudar más para pagar estos juguetitos? Estamos adquiriendo una deuda absolutamente insostenible y el dinero de los ciudadanos contribuyentes se está derrochando como si no hubiera mañana. ¿Acaso no entendemos que esta deuda la pagamos nosotros con más impuestos y con menos empleos por el deterioro económico que genera? ¿No ven que el colapso económico de Grecia, Irlanda y otros se debe a exactamente este tipo de endeudamiento desenfrenado? No se como aviones de guerra constituye el “gasto social” del que el gobierno se jacta. Mientras tanto vemos como se suben los salarios para el sector público, como se incrementan presupuestos en las instancias públicas, como se regalan bonos navideños por doquier. ¡Y TODO CON NUESTRO PISTO! Si los ciudadanos nos tenemos que apretar el cincho cuando enfrentamos una crisis económica como esta, ¿por qué pareciera que el gobierno esta de fiesta?

Dejo mucho, pero mucho, sin mencionar para no aburrirlos demasiado. La situación de seguridad y su manejo meramente mediático, un desempleo galopante y la pobreza que incrementa, una disque ley de juventud sin el más mínimo contenido, los transportistas que nos extorsionan y el gobierno que se deja, jueces corruptos y una Corte Suprema que no los investiga cuando tienen decenas de acusaciones desde los años 90 sin resolver, sectores empresariales que se quejan del gobierno, pero después les pide dadivas especiales, etc, etc, etc.

Pero lo que verdaderamente me impresiona no son los políticos, de quienes esperaría todo esto, sino la forma en que nos hemos dejado vender tanta mentira una y otra vez. Como nos seguimos dejando dar paja. Pareciera como una droga. Como que estuviéramos adictos a ese “fix” de esperanza cada vez que se acerca una elección. Pero la verdad es que lo que nos terminan vendiendo viene tan cortado que pareciera orégano, baking soda o suero oral, depende ahí de sus preferencias recreativas, y más no sabemos si una de estas nos va a terminar matando…

Despertemos señores (y señoritas por supuesto). Más claro no puede estar. Vilmente nos desfilan sus patanadas enfrente y nosotros nos hartamos lo que nos sirven en bandeja. Francamente yo estoy cansado, y se que muchos lo estamos. Especialmente los jóvenes que vemos como la generación actual esta despilfarrando nuestro futuro. Porque somos nosotros quienes terminaremos pagando la deuda y el derroche del presente. Somos nosotros quienes sufriremos las consecuencias de toda esta corrupción y aprovechamiento. Somos nosotros a quien tocará levantar al país en nuestros hombros cuando este se desplome. Despertemos... Si no, pues los que prefieran seguir chupando de ese dedo… Como dicen, quien por su gusto muera, que lo entierren parado.

martes, 9 de noviembre de 2010

¿Un montón de bobos rebotando sin rumbo?

De vez en cuando uno tiene la dicha de leer algo que le pega en la frente y le hace exclamar “¡aaahhhhhh….!” Bueno, tal ha sido mi reacción leyendo los primeros capítulos de Predictably Irrational, de Dan Ariely. Como habitual lector de temas económicos consideraba al individuo como un consumidor racional en el mercado, que basa sus decisiones en análisis costo-beneficio, y la argumentación de Ariely sobre la irracionalidad de las decisiones de los individuos/consumidores pega ciertamente como un curveball en la forma que muchos de nosotros hemos aprendido a pensar.

Los estudios en el libro demuestran que las decisiones que tomamos como individuos en su mayoría no son resultado de análisis racionales sino más bien de reacciones emocionales, relaciones sociales y otras influencias; pero no dejo de creer que, mientras el análisis de Ariely es muy correcto y revelador, el usar la palabra “irracional” no es adecuado y puede llevar, tanto al autor como al lector, a ciertas conclusiones equivocadas.*

Para encontrar la otra cara de la moneda a esta “irracionalidad” del individuo hay que ver el big picture de la interacción del individuo con su entorno en el marco de sus decisiones. Para esto usaré dos terminologías y conceptos de campos bastantes separados, pero que al fin de cuentas comparten una verdad fundamental. Primero, el concepto de swarm behaviour e intelligence, del cual habla Chuck Brymer, Presidente y CEO de DDB Worldwide, en su libro The Nature of Marketing, y segundo, el concepto de “orden espontáneo”, del cual Friedrich von Hayek, Premio Nobel de Economía, es máximo expositor.

Viendo que la mayoría de las acciones de los individuos no están basadas en decisiones racionales, debemos entender que no es por incapacidad de ser racionales sino porque la cantidad de información que tendríamos que procesar para basar todas nuestras acciones en tal análisis es infinita, y nos llevaría a una parálisis de acción. Por esto el individuo depende de otras herramientas por sobre su mente racional como las emociones, los instintos, la emulación, etc., para poder sobrevivir. Al punto tal que se considera que un 95% de nuestras decisiones están basadas en este tipo de consideraciones.

Aun aceptando este porcentaje, decir que las decisiones que tomamos son “irracionales” crea una imagen de un montón de bobos rebotando sin rumbo de un lado al otro, con necesidad de dirección de un ente superior (Ariely concluye que el Estado debe cumplir este rol). ¿Pero entonces por qué son tan exitosas las abejas, las hormigas y otros tipos de enjambres? Claramente son ellos más irracionales que los seres humanos, empero logran cosas asombrosas en la naturaleza.

La respuesta es que hay otro nivel de racionalidad que no está considerando Ariely. Es una racionalidad fundamentada en el conocimiento colectivo, la inteligencia de enjambre desarrollada a través de la evolución biológica. En lenguaje socio-político, es el orden espontáneo generado a través de la cooperación voluntaria entre individuos. Esta cooperación genera interdependencia entre los individuos a lo largo del tiempo; es decir, genera comunidades. Y por medio de las relaciones constantes en estas comunidades surge un proceso evolutivo de creación de instituciones sociales que aseguran el funcionamiento de dichas comunidades. Es una conciencia superior a la del individuo, pero que el individuo debe internalizar subconscientemente para ser un elemento exitoso de la comunidad. Es decir, las reacciones emocionales, la interacción social, la emulación de otros, todas estas reacciones y muchas más no solo son herramientas que necesita el individuo: son instituciones resultado de la evolución social que da paso a la inteligencia colectiva.

El individuo no es irracional sino limitado en su conocimiento, tanto por la capacidad del cerebro humano, la escasez del tiempo, la limitación geográfica y la infinidad de información existente. Pero en el contexto social genera un conocimiento superior y colectivo, del cual todos los miembros de la comunidad participan subconscientemente.

En conclusión, hay que entender una cosa fundamental. El proceso de formación del conocimiento colectivo no puede ser dirigido, ni por el Estado, en el caso político, ni por las marcas, en el caso de la publicidad y la comunicación.

Para funcionar apropiadamente el enjambre necesita que cada individuo actúe libremente y que, a través de la acumulación de prueba y error en las relaciones sociales, surja el orden espontáneo que ha hecho exitosos a los enjambres de abejas, hormigas, peces, pájaros, como cualquier otra forma de comunidades cooperativas.

¿Cuál es la relevancia directa de todo esto para nosotros? Entender que las marcas deben ejercer influencia desde dentro de las comunidades. Deben ser parte de ellas, evolucionar junto a ellas, no pretender dirigirlas.

P.D. Aclaro que no pretendo quitarle el más mínimo valor a Predictably Irrational, de Dan Ariely, pues nos presenta una cantidad de insights invaluables sobre el comportamiento individual, y recomendaría su lectura a cualquier persona. De igual manera, The Nature of Marketing, de Chuck Brymer, y a quienes les interesen los argumentos de Hayek del orden espontáneo, The Fatal Conceit.

* Como caso específico, lo que me ha hecho entender el peligro de tal terminología es la conclusión del autor, al final del segundo capítulo, sobre la necesidad de la intervención del estado en la economía, debido a esa “irracionalidad” en las decisiones de consumo de los individuos.