lunes, 28 de marzo de 2011

Reforma Electoral con Sentido Común

El Presidente Funes vetó la semana pasada la reforma electoral aprobada por la Asamblea Legislativa. Con la fuerza en que tiendo a criticar a Funes, en esta ocasión debo darle el crédito al haber tomado la decisión correcta. La Reforma Electoral aprobada por la Asamblea no solo es excesivamente complicada, sino viola el espíritu de la decisión de la Corte Suprema de Justicia que declaraba inconstitucional el actual método electoral en el cual se vota por bandera partidaria, lo cual le da a las cúpulas de los partidos políticos, y no al electorado, la elección final de los diputados.

Lastimosamente la reforma electoral propuesta por la Asamblea está basada en intereses partidarios y cálculos electorales, y no en el uso del sentido común y el fortalecimiento de la democracia Salvadoreña. Esta reforma propuesta no responde ni a lo dictaminado por la Corte Suprema de Justicia, ni a las necesidades reales de reforma que el sistema electoral actual demuestra. La constitución demanda que el voto sea libre y directo, y que el sistema resultante sea representativo. La reforma propuesta no satisface ninguno de estos requerimientos al generar un sistema complicado y confuso, que si algo, creara mayores oportunidades de abusos ante la incertidumbre de la matemática electoral.

Para fortalecer nuestra democracia necesitamos más que solo reformas parcheadas que buscan esconder y mantener lo más posible del sistema anterior con solo la apariencia de cambio y progreso. ¿Qué propondría yo entonces para solucionar estos problemas? Un cambio más radical, pero mucho más sencillo.

Primero, dividiera el país en distritos electorales. De cada distrito electoral saldría electo solamente 1 diputado. La Asamblea Legislativa tiene 84 diputados, por lo cual se establecieran 84 distritos electorales en el país. Cada departamento del país tiene un número de diputaciones. Los municipios de cada departamento fueran agrupados de tal forma para establecer el número de distritos electorales para elegir al número de diputados correspondientes a dicho departamento.

Por ejemplo. El departamento de Cabañas tiene aproximadamente 150,000 habitantes y es representado por 3 diputados. Entonces, se establecerían 3 distritos electorales conformados por los siguientes municipios respectivos:

Distrito 1 Cabañas (aprox. 47,000 habitantes):

· Sensuntepeque

· Dolores

Distrito 2 Cabañas (aprox. 61,000 habitantes):

· Ilobasco

Distrito 3 Cabañas (aprox. 42,000 habitantes):

· Cinquera

· Guacotecti

· Jutiapa

· San Isidro

· Tejutepeque

· Victoria

De esta misma forma se dividieran el resto de departamentos en los distritos electorales necesarios. Como cada distrito electoral eligiera únicamente 1 diputado, la papeleta electoral mostrara la foto y nombre de cada candidato, 1 candidato por partido político inscrito en ese distrito, más los candidatos independientes inscritos en dicho proceso electoral. Cada foto de candidato pudiera tener en una esquina el logo del partido al que pertenece o un símbolo para identificar que es independiente. La forma de votar fuera marcando con una “X” la cara del candidato de su elección.

Debo aceptar que no soy ningún experto electoral, pero estoy seguro que pocos diputados lo son, y, aplicando solo un poco de sentido común, podemos visualizar un sistema que responda de una mejor forma a los requerimientos constitucionales y democráticos del país. El sistema que propongo elimina de una varios de los problemas de la propuesta de la Asamblea.

Ya no se tuviera que considerar el tema de que si las listas son cerradas, abiertas, bloqueadas o desbloqueadas, ya que el elector no votara por una lista, sino que por un diputado individual. De esta forma el voto es absolutamente directo. Tampoco se tuviera la opción de votar por bandera, sino que el elector es completamente libre de votar por la persona de su elección. Cada diputado representara a un segmento de la población específico, por lo cual hubiera una relación más directa y representativa entre el legislador y la población a la cual representa. Este último punto fomentará una mayor rendición de cuentas, ya que cada votante tendrá claro quién exactamente lo representa ante la Asamblea Legislativa.

A este nuevo sistema le añadiera un nuevo elemento. Cada voto de cada diputado en la Asamblea Legislativa debería quedar registrado en un sistema de fácil acceso al público, en el cual cada legislador mantuviera un record de las leyes que ha apoyado y aquellas que ha rechazado. Un estilo de reporte de notas ante el cual el electorado de su distrito electoral pueda juzgar las decisiones individuales del diputado por el cual vota o decide quitar de su puesto.

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