miércoles, 30 de marzo de 2011

Nuestra Esclavitud

No hay peor esclavitud
que la ciega servidumbre
a un amo insidioso y soberbio.

La explotación de nuestras almas
ante falsas esperanzas
de un progreso que ha dejado de ser nuestro.

Pero culpa de nosotros
ya que ante ojos sordos
las cadenas logran esconder su peso

Pues secretos bien hablados
los abusos acatados
por un régimen corrupto y perverso.

¿Cuanto más soportaremos,
cuanto tiempo callaremos?
Y aceptemos comportarnos como siervo.

Si en tu alma yace el sueño
del destino tu ser dueño,
pues te digo, entonces: Calla Tu Silencio...

lunes, 28 de marzo de 2011

Reforma Electoral con Sentido Común

El Presidente Funes vetó la semana pasada la reforma electoral aprobada por la Asamblea Legislativa. Con la fuerza en que tiendo a criticar a Funes, en esta ocasión debo darle el crédito al haber tomado la decisión correcta. La Reforma Electoral aprobada por la Asamblea no solo es excesivamente complicada, sino viola el espíritu de la decisión de la Corte Suprema de Justicia que declaraba inconstitucional el actual método electoral en el cual se vota por bandera partidaria, lo cual le da a las cúpulas de los partidos políticos, y no al electorado, la elección final de los diputados.

Lastimosamente la reforma electoral propuesta por la Asamblea está basada en intereses partidarios y cálculos electorales, y no en el uso del sentido común y el fortalecimiento de la democracia Salvadoreña. Esta reforma propuesta no responde ni a lo dictaminado por la Corte Suprema de Justicia, ni a las necesidades reales de reforma que el sistema electoral actual demuestra. La constitución demanda que el voto sea libre y directo, y que el sistema resultante sea representativo. La reforma propuesta no satisface ninguno de estos requerimientos al generar un sistema complicado y confuso, que si algo, creara mayores oportunidades de abusos ante la incertidumbre de la matemática electoral.

Para fortalecer nuestra democracia necesitamos más que solo reformas parcheadas que buscan esconder y mantener lo más posible del sistema anterior con solo la apariencia de cambio y progreso. ¿Qué propondría yo entonces para solucionar estos problemas? Un cambio más radical, pero mucho más sencillo.

Primero, dividiera el país en distritos electorales. De cada distrito electoral saldría electo solamente 1 diputado. La Asamblea Legislativa tiene 84 diputados, por lo cual se establecieran 84 distritos electorales en el país. Cada departamento del país tiene un número de diputaciones. Los municipios de cada departamento fueran agrupados de tal forma para establecer el número de distritos electorales para elegir al número de diputados correspondientes a dicho departamento.

Por ejemplo. El departamento de Cabañas tiene aproximadamente 150,000 habitantes y es representado por 3 diputados. Entonces, se establecerían 3 distritos electorales conformados por los siguientes municipios respectivos:

Distrito 1 Cabañas (aprox. 47,000 habitantes):

· Sensuntepeque

· Dolores

Distrito 2 Cabañas (aprox. 61,000 habitantes):

· Ilobasco

Distrito 3 Cabañas (aprox. 42,000 habitantes):

· Cinquera

· Guacotecti

· Jutiapa

· San Isidro

· Tejutepeque

· Victoria

De esta misma forma se dividieran el resto de departamentos en los distritos electorales necesarios. Como cada distrito electoral eligiera únicamente 1 diputado, la papeleta electoral mostrara la foto y nombre de cada candidato, 1 candidato por partido político inscrito en ese distrito, más los candidatos independientes inscritos en dicho proceso electoral. Cada foto de candidato pudiera tener en una esquina el logo del partido al que pertenece o un símbolo para identificar que es independiente. La forma de votar fuera marcando con una “X” la cara del candidato de su elección.

Debo aceptar que no soy ningún experto electoral, pero estoy seguro que pocos diputados lo son, y, aplicando solo un poco de sentido común, podemos visualizar un sistema que responda de una mejor forma a los requerimientos constitucionales y democráticos del país. El sistema que propongo elimina de una varios de los problemas de la propuesta de la Asamblea.

Ya no se tuviera que considerar el tema de que si las listas son cerradas, abiertas, bloqueadas o desbloqueadas, ya que el elector no votara por una lista, sino que por un diputado individual. De esta forma el voto es absolutamente directo. Tampoco se tuviera la opción de votar por bandera, sino que el elector es completamente libre de votar por la persona de su elección. Cada diputado representara a un segmento de la población específico, por lo cual hubiera una relación más directa y representativa entre el legislador y la población a la cual representa. Este último punto fomentará una mayor rendición de cuentas, ya que cada votante tendrá claro quién exactamente lo representa ante la Asamblea Legislativa.

A este nuevo sistema le añadiera un nuevo elemento. Cada voto de cada diputado en la Asamblea Legislativa debería quedar registrado en un sistema de fácil acceso al público, en el cual cada legislador mantuviera un record de las leyes que ha apoyado y aquellas que ha rechazado. Un estilo de reporte de notas ante el cual el electorado de su distrito electoral pueda juzgar las decisiones individuales del diputado por el cual vota o decide quitar de su puesto.

jueves, 17 de marzo de 2011

Hoy me ha dado asco, Sr. Presidente

Sr. Presidente, y se lo digo de este manera por respeto al puesto y al pueblo Salvadoreño y no ha usted. Sr. Presidente, hoy me ha dado asco. En ocasiones pasados he utilizado titulares irónicos o exagerados para llamar la atención de los lectores, pero hoy no es así. Siento una verdadera repugnancia hacia su ser. Y puede ser que se deba a una apasionada ira temporal que lo exprese de esta forma, y por parte a demasiada cafeína corriendo por mis venas entre trabajos, pero de igual manera sentí la necesidad de dejar esto en papel.

Hoy he leído palabras suyas que me permito repetir a continuación:

“La evidencia del fracaso, de las políticas económicas, es que recibimos un país altamente endeudado, hay un periódico que hizo una investigación excelente, no me acuerdo cuál es, pero donde aparece el nivel de deuda de los últimos 20 años, y a este servidor del 100% de la deuda, le corresponde únicamente el 10%, el 90% restante la adquirió Cristiani, la adquirió Calderón Sol, la adquirió Flores y la adquirió Saca. Entonces, por qué voy a resolver solo el problema de la deuda, si yo soy responsable únicamente del 10% de esta y el 90% restante es responsable los cuatro gobiernos de ARENA anteriores.”

Discúlpeme Sr. Presidente. ¿¡Por qué va a resolver el problema usted?! Que cinismo más increíble con el que hace esta pregunta. Déjeme empezar a responderle. Primero que todo, porque usted, Sr. Presidente, es exactamente eso, Presidente de la República de El Salvador. Desde el momento que usted asumió su candidatura se comprometió ante el pueblo Salvadoreños a hacer TODO en su poder por solventar los problemas y las necesidades del pueblo Salvadoreño. Porque al asumir la presidencia de la república, esto se volvió no solo su responsabilidad, pero su obligación ante el pueblo. Porque usted mismo dijo que no tenía derecho de equivocarse, Sr. Presidente.

Sr. Presidente, usted se echó la esperanza del pueblo en los hombros, y hoy, groseramente, se la ha descargado de encima y la ha pisoteado.

Consecuente con mis palabras, no defiendo ni a los gobiernos pasados, ni a la oposición actual. Muy cierto es que existieron muchos errores y abusos. Pero por eso es que el pueblo votó por usted. Porque usted le ofreció un cambio a los Salvadoreños. Prometió corregir los errores del pasado para permitir un futuro de posibilidades. Pero hoy usted se lava las manos y nos dice, pues esa no es mi responsabilidad. Permítame disculparme, Sr. Presidente, pero SI es su responsabilidad.

Y dejemos de lado su nueva y extravagante vida, con finos carros italianos, yates, habanos, whiskey Blue Label, sastres franceses y todos esos otros lujos que desde Casa Presidencial ha permitido darse. Olvidémonos de esos abusos. Olvidémonos de políticas económicamente erradas, populistas y con sospechosos intereses de lado. Echémosle ojo ciego a eso. Dejemos pasar la arrogancia y la soberbia con la cual le habla a los medios, y las crudas contradicciones de su discurso. Ignoremos eso y mucho más.

Pero hay una cosa, Sr. Presidente, que sí no me puedo dejar pasar por alto. Rehúso permitir sumisamente que me insulte. Y eso es exactamente lo que ha hecho con su declaración. Nos ha insultado, Sr. Presidente, a todo un pueblo.

Sr. Presidente, hoy me ha dado asco.

jueves, 3 de marzo de 2011

Principios Libertarios I

Siendo la palabra "libertad" un termino tan prostituido en nuestro medio, su invocación ha perdido mucho de su significado, y pocos logramos entender que representa verdaderamente una "filosofía de la libertad". Ciertamente muchos personeros políticos, de cualesquier su disque rumbo ideológico, se auto-proclaman defensores de la libertad. Les aseguro que ninguno es paladín de la libertad y de la justicia. Entonces, si verdaderamente creemos en la libertad como un principio moral y absoluto, debemos primero empezar por definir que representa y desnudar la farsa politiquera de aquellos que dicen representarla. Con esto en mente les comparto unas notas sobre los fundamentos de la filosofía de la libertad, basadas en su mayoría en la primera parte de la gran obra de Frédéric Bastiat, La Ley:


Recibimos nuestra vida, ya sea de la Naturaleza o de Dios.

Vida: física, intelectual, moral

La vida consiste en:

1. Existencia

2. Facultades

3. Asimilación

La existencia, nuestro ser, no se mantiene por sí mismo, debemos mantenerla, desarrollarla y perfeccionarla. Para eso hacemos uso de nuestras facultades, capacidades y habilidades. En la naturaleza se encuentran recursos. Cuando los apropiamos de forma legítima y los transformamos con el uso de nuestras facultades, asimilamos el resultado de este proceso, creando una extensión de nuestro ser.

Es así que:

Existencia = Personalidad

Facultades = Libertad

Asimilación = Propiedad

Ya que:

1. Al existir lo hacemos como individuos, conscientes e independientes, y así somos los únicos con reclamo legítimo sobre nuestro ser físico, sobre nuestras ideas y con la responsabilidad sobre nuestras acciones.

2. Si como individuos es nuestra propia responsabilidad mantener nuestra vida, y la forma de mantener la vida es a través del uso de nuestras facultades, es imperativo el libre uso de nuestras facultades en este propósito, siempre y cuando no se interfiera con la misma libertad del prójimo.

3. Somos libres de aplicar nuestras facultades a los recursos legítimamente obtenidos. Esto constituye la producción, es decir, el trabajo. El fruto de nuestro trabajo, ya sea como un producto físico o como una remuneración, es nuestra propiedad.

Estas premisas básicas constituyen la Ley Natural. Esta Ley Natural precede, y por ende es superior a, toda legislación humana.

Por consecuencia lógica la Vida es nuestro Derecho Absoluto y sus elementos constituyentes, la Personalidad, la Libertad y la Propiedad son nuestros Derechos Naturales. Estos derechos naturales no pueden ser derogados o limitados por ninguna legislación o imposición humana, ya que tales medidas fueran contrarias a la Ley Natural y por lo tanto ilegítimas.

Para conservar la vida es necesario conservar nuestra personalidad, libertad y propiedad, ya que son elementos esenciales y complementarios. Si la vida es nuestro derecho absoluto, es también nuestro derecho defender nuestra personalidad, libertad y propiedad.

La defensa de nuestros derechos se puede lograr de forma individual y de forma colectiva.

Entonces:

¿Qué es la ley?

Es la organización colectiva del derecho individual de legítima defensa. No existen derechos colectivos, solo la organización colectiva de los derechos individuales, ya que existimos y actuamos como individuos.

El Estado es un aparato al cual la ley le otorga el monopolio del uso legítimo de la fuerza para proteger los derechos individuales de forma colectiva. El Estado no es una entidad propia, es un conjunto de individuos con el mandato de proteger los derechos individuales. Por esto, el Estado no tiene derechos propios, solamente responsabilidades ante los individuos. Así como ningún individuo tiene el derecho de usar la fuerza, es decir el uso o la amenaza del uso de la violencia, contra la personalidad, libertad o propiedad de otro individuo, el Estado no puede usar, o amenazar con usar, la violencia en contra de la personalidad, libertad y propiedad de los individuos a menos que sea en la necesaria y legítima defensa de los derechos individuales.

El único uso legítimo de la violencia, ya sea por el Estado o por individuos, es en protección de la personalidad, la libertad y la propiedad, como elementos constituyentes de la vida. Cualquier uso de la violencia, o amenaza de tal, con otros fines es ilegítimo. Por lo tanto, si el Estado ocupa la violencia o la amenaza de tal con otros fines, pierde su mandato y se vuelve una entidad explotadora.

martes, 1 de marzo de 2011

Lecciones a Presidencia: Lecturas en Libertad - 1ra Entrega (La Ley - Frédéric Bastiat)

Ayer por la noche, saliendo tarde del trabajo, algo me impulso a llevarme conmigo mi copia de uno de los grandes clásicos de la literatura de la libertad, La Ley, por Frédéric Bastiat. Me sorprendo cada vez que retomo la lectura de esta gran obra como en su forma concisa y directa mantiene una gran relevancia al actuar político de nuestros tiempos. Escribiendo a mediados del siglo XIX, su profundo análisis, escrito en forma sencilla y clara, logró extraer de la coyuntura de sus tiempos realidades sobre la manipulación y la corrupción del poder que nos describen, como si viviera en nuestros tiempos, como en la actualidad el Estado ha sido cooptado por grupos de interés para explotar la sociedad para satisfacer sus propios deseos. Cuando la ley deja de representar la fuerza colectiva en protección de los derechos de los individuos que componen la sociedad y se vuelve una herramienta para la explotación de unos contra otros, el Estado deja de ser legítimo. En nuestro país podemos claramente ver como grupos de interés particulares usan el aparato estatal para extraer beneficios de aquello que los ciudadanos sacrifican. Así es el caso con políticos corruptos, sindicalistas abusivos, empresarios que buscan privilegios, buseros, jueces mafiosos, y muchos otros sectores que han logrado utilizar al estado para saciar sus propias ambiciones.

Con esto en mente, retomo el título de este artículo. No pretendo darle yo lecciones al Presidente de la República. El título pretende ser llamativo. Pero ayer, en lo que leía las lineas de La Ley me decía a mi mismo - mucho ganáramos los Salvadoreños si nuestros gobernantes mantuvieran estas ideas en sus mentes y sus corazones. No solo el presidente actual. Hubiera sido igual de importante que lo hubieran hecho presidentes en el pasado y que lo hagan presidentes en el futuro, así también cualquier otro funcionario público. Por esto he decidido, a través de varias entregas, compartir lecturas que considero básicas en el desarrollo de conceptos sobre la libertad, la moralidad y la justicia, empezando con Bastiat. Si les interesa conocer más sobre este gran pensador pueden visitar http://bastiat.org/es/.

Los dejo a continuación con el primer segmento de La Ley:


La Ley

Frédéric Bastiat

La ley, ¡pervertida! La ley y tras ella todas las fuerzas colectivas de la nación, ha sido no solamente apartada de su finalidad, sino que aplicada para contrariar su objetivo lógico. ¡La ley, convertida en instrumento de todos los apetitos inmoderados, en lugar de servir como freno!

¡La ley, realizando ella misma la iniquidad de cuyo castigo estaba encargada! Ciertamente se trata de un hecho grave, como pocos existen y sobre el cual debe serme permitido llamar la atención de mis conciudadanos.

LA VIDA ES UN DON DE DIOS

De Dios nos viene el don que, para nosotros, los contiene a todos: La vida. - la vida física, intelectual y moral.

Empero, la vida no se mantiene por sí misma. Aquel que nos la ha dado, ha dejado a cargo nuestro el cuidado de mantenerla, desarrollarla y perfeccionarla.

Para ello nos ha dotado de un conjunto de facultades maravillosas; nos ha colocado en un medio compuesto de elementos diversos. Aplicando nuestras facultades a aquellos elementos, es como se realiza el fenómeno de la transformación, de la Apropiación, por medio del cual la vida recorre el camino que le ha sido asignado.

Existencia, Facultades, Producción en otros términos, Personalidad, Libertad, Propiedad-: he ahí al hombre.

De esas tres cosas sí puede decirse, fuera de toda sutileza demagógica, que son anteriores y superiores a cualquier legislación humana.

La existencia de la Personalidad, la Libertad y la Propiedad, no se debe a que los hombres hayan dictado Leyes. Por el contrario, la preexistencia de su personalidad, libertad y propiedad es la que determina que puedan hacer leyes los hombres.

¿QUE ES LA LEY?

¿Qué es, pues, la ley? Es la organización colectiva del derecho individual de legitima defensa.

Cada uno de nosotros ha recibido ciertamente de la naturaleza, de Dios, el derecho de defender su personalidad, su libertad y su propiedad ya que son esos los tres elementos esenciales requeridos para conservar la vida, elementos que se complementan el uno al otro, sin que pueda concebirse uno sin el otro. Porque, ¿qué son nuestras facultades, sino una prolongación de nuestra personalidad, y qué es la propiedad sino una prolongación de nuestras facultades?.

Si cada hombre tiene el derecho de defender, aun por la fuerza, su persona, su libertad y su propiedad, varios hombres tienen el Derecho de concertarse, de entenderse, de organizar una fuerza común para encargarse regularmente de aquella defensa.

El derecho colectivo, tiene pues, su principio, su razón de ser, su legitimidad, en el derecho Individual; y la fuerza común, racionalmente, no puede tener otra finalidad, otra misión, que la que corresponde a las fuerzas aisladas a las cuales substituye.

Así como la fuerza de un individuo no puede legítimamente atentar contra la persona, la libertad o la propiedad de otro individuo, por la misma razón la fuerza común no puede aplicarse legítimamente para destruir la persona, la libertad o la propiedad de individuos o de clases.

Porque la perversión de la fuerza estaría, en uno como en otro caso, en contradicción con nuestras premisas.

¿Quién se atrevería a afirmar que la fuerza nos ha sido dada, no para defender nuestros derechos sino para aniquilar los derechos idénticos de nuestros hermanos? Y no siendo eso cierto con respecto a cada fuerza individual, procediendo aisladamente ¿cómo podría ser cierto en cuanto a la fuerza colectiva, que no es otra cosa que la unión organizada de las fuerzas aisladas?

Si ello es cierto, nada es más evidente que esto: la ley es la organización del derecho natural de legítima defensa: es la sustitución de la fuerza colectiva a las fuerzas individuales, para actuar en el campo restringido en que éstas tienen el derecho de hacerlo, para garantizar a las personas, sus libertades, sus propiedades y para mantener a cada uno en su derecho, para hacer reinar para todos la JUSTICIA.


(Continuará en siguientes entregas. Texto completo en: http://www.elcato.org/publicaciones/ensayos/ens-2002-08-16.html)