Dos mundos se encuentran
en los ojos de la inocencia
donde las maravillas de lo cotidiano
llenan fantasías infantiles
y la realidad,
tan elusiva como puede ser,
escapa en un triste suspiro.
Cuando se comercia la esperanza
y se negocia la justicia,
espectadores esos ojos
esperando un futuro,
que en palabras prometidas,
nunca se hizo y nunca fue.
¿Quién le explica a la inocencia
que el destino es injusto?
Que su alma,
más que otras,
sufrirá en su caer.
¿Quién le rendirá las cuentas
por las lagrimas vertidas?
Por el duelo,
por el odio
y por la desilusión.
¿Quién responde y repone?
Cuando triste la inocencia
se desnuda ante el mundo
y le responde la traición.
Dulces ojos olvidados
contemplando lo imposible,
entendiendo que el futuro
no fue hecho para el.
* Pintura por Jaime Molina
1 comentario:
Sin palabras, tanto lo escrito por Rodrigo, como lo pintado por Jaime! Fermina Rochac Z.
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