Les debo confesar que no hay nada que me emocione más que encontrar y comprender una idea nueva, especialmente si viene a abonar y fortalecer el humilde marco teórico que he logrado desarrollar. Se habrán dado cuenta ya mis amigos en Twitter (@RodrigoMolinaR) mi recién adquirida fascinación con el libro de Nassim Taleb The Black Swan, cuya lectura más que recomiendo a cualquiera interesados en temas desde la economía, la política, psicología, filosofía, epistemología o cualquier otro campo que tenga que ver con entender la mente humana y las diferentes interacciones en la sociedad. Así de completa es la perspectiva de Taleb y su contribución a nuestro conocimiento, demasiado para hablar de todo en un solo artículo. Por eso en el presente me enfocaré en solamente uno de sus puntos, que irónicamente tiene que ver con las limitaciones de nuestro conocimiento.
Nos decía Sócrates que el verdadero conocimiento se encuentra en saber que no sabemos nada. Estoy seguro que con esto no quería decir que todos somos unos estúpidos (aunque esto puede ser argumentable), pero más bien va en la línea que como seres humanos tendemos a sobre estimar el alcance de nuestro conocimiento. Es decir, sabemos y entendemos mucho menos de lo que pensamos que es así, pero actuamos y decidimos sobre la presunción que nuestro conocimiento es casi absoluto. Esto nos puede llevar a cometer muchos errores. Errores, que según The Black Swan, pueden ser incalculablemente perjudiciales, no solo para nosotros como individuos, si no para la sociedad en general.
Taleb lleva su escepticismo sobre la solidez del conocimiento humano más allá de simples reflexiones filosóficas, dándole una base empírica, particularmente con los estudios del psicólogo y Nobel de Economía Daniel Kahneman (les recomiendo este video de Taleb y Kahneman juntos http://youtu.be/LjGl6bZF6zs). No me permite el espacio en este corto artículo para describir los estudios de Kahneman, pero les recomiendo los investiguen, así como también recomiendo los siguientes libros de varios autores que nos demuestran los prejuicios cognitivos de la mente humana y los atajos perceptivos sobre los cuales tomamos decisiones y actuamos:
Blink – Malcolm Gladwell
Sway – Ori Brafman y Rom Brafman
Why We Make Mistakes – Joseph T. Hallinan
A Mindo of its Own – Cordelia Fine
Preditably Irrational – Dan Ariely
Todos los anteriores autores demuestran, con estudios desde la psicología social hasta la neurología, lo limitado que es verdaderamente nuestro “ser racional,” y como nuestra percepción y entendimiento son alterados por procesos subconscientes que no entendemos. Esto aplica muy relevantemente en nuestra percepción sobre las probabilidades y sobre el significado de fenómenos aleatorios. Demuestran, por un lado, que nuestras mentes no son maquinas procesadoras de cálculos probabilísticos, y más bien, son increíblemente malas en calcular las probabilidades de todo tipo de cosas, llevándonos a conclusiones erróneas. Por el otro lado, nos demuestran nuestra tendencia subconsciente a buscarle significado a eventos y fenómenos que en realidad son altamente aleatorios, y que nuestras interpretaciones sobre recuentos y estadísticas históricas buscan reafirmar nuestras creencias previamente establecidas, volviéndonos ciegos a su verdadera realidad.
Todos estos estudios sobre heurísticos y prejuicios cognitivos (los atajos mentales que describía anteriormente) vienen a reforzar los argumentos sobre la pretensión del conocimiento y la falacia de los expertos desarrollados por otro Nobel de Economía, y como muchos ya saben mi economista favorito, Friedrich Hayek (para un poco de humor, me hago burla a mi mismo compartiéndoles el siguiente video: http://youtu.be/psosLpDALuA, y no dejo de recomendarles el rap de Keynes v. Hayek: http://youtu.be/d0nERTFo-Sk ).
Decía Hayek que “la curiosa tarea de la economía es demostrarle a las personas lo poco que verdaderamente conocen sobre lo que imaginan que pueden diseñar.” (Para profundizar en el tema pueden leer el discurso de aceptación del Premio Nobel de Hayek: http://www.eumed.net/cursecon/textos/hayek_conocimiento.htm)
Taleb se une a Hayek en su crítica de los llamados “expertos técnicos,” que a través de modelos matemáticos, sistemas estadísticos y agregados económicos piensan que pueden planificar la sociedad manipulado las relaciones e intercambios entre individuos, es decir la economía. Aunque consideráramos al ser humano como una maquina fríamente racional, es muestra de la verdadera arrogancia intelectual del ser humano pensar que podemos analizar y entender la complejidad de las interrelaciones humanas en una sociedad, y extraer suficiente significado de esta información para crear modelos predictivos que nos permitan planificar las relaciones entre individuos. Pero no solo somos limitados en la cantidad de información que podemos procesar, si no que lo que procesamos no lo hacemos de forma completamente racional y es interpretada en base a los prejuicios cognitivos que son parte inescapable de nuestros procesos mentales.
Otro punto muy importante es a lo que Taleb se refiere con el termino Black Swan (Cisne Negro). Esta es una referencia a eventos de baja probabilidad pero de altísimo impacto. El describe como los modelos matemáticos y económicos basados en análisis estadísticos y agregados económicos son incapaces de incorporar la posibilidad de estos Cisnes Negros en sus cálculos, ya que ni siquiera nosotros podemos preveer su posibilidad. Esto hace que los modelos sean completamente inservibles, ya que los eventos de mayor impacto e influencia son Cisnes Negros de esta forma. Por esto que estos sistemas parecen “funcionar, excepto cuando no funcionan.” La excusa de los llamados “expertos” siempre es – pero es que hubiera funcionado si no fuera por las circunstancias imprevistas – y es este exactamente el punto. Siempre hay circunstancia imprevistas, es imposible predecir lo inesperado (pues si se pudiera predecir, no fuera inesperado para empezar) y por lo tanto es imposible planificar completamente a ciegas. La arrogancia de los “planificadores” es usualmente lo que nos llevan a las grandes crisis, ya que al subestimar lo inesperado se toman riesgos excesivos y se crea una grave fragilidad que lleva al inevitable colapso del sistema. (Ejemplo clarísimo, la actual crisis económica). Esto multiplica la fuerza del argumento de Bastiat sobre las consecuencias no intencionadas de las políticas públicas, añadiendo todo un nuevo nivel con el concepto de la fragilidad de los sistemas ante eventos de baja probabilidad pero de alto impacto resultante de los errores de cálculos por parte de expertos y sus modelos. (Acerca del análisis de consecuencias no intencionadas les recomiendo leer “Lo que se ve y lo que no se ve” de Bastiat http://bastiat.org/es/lqsvylqnsv.html )
Aceptemos entonces las limitaciones de nuestro conocimiento y dejemos por un lado nuestra arrogancia intelectual. Comprendamos que es absolutamente ingenuo pensar que podemos diseñar la sociedad en base a modelos medio informados y agregados simplistas. Renunciemos por fin cualquier matiz de planificación económica e ingeniería social. Botemos todos esos modelos pseudo-científicos que nos ofrecen soluciones fáciles a problemas incomprensiblemente complejos. ¿Adonde yace entonces la solución? ¿Qué debemos hacer, no solo en teoría, si no que en practica? Para esto tendremos que esperar a mi siguiente entrega, ya que esta se me ha pasado de larga. (Los invito también a compartir conmigo sus opiniones e ideas acerca de esto, para así fortalecer con sus ideas el argumento de mi siguiente artículo, ya sea aquí en el blog a o mi correo: rmolina4819@gmail.com)